En ocasiones cometemos un error grande con nuestras alfombras, y no les damos demasiada importancia ya que las vemos muy a menudo. Pero es un error muy grave en cuanto a higiene y limpieza, que si hablamos de las alfombras de baño, todavía es más importante, ya que pueden atrapar la suciedad y las bacterias y con la humedad de los baños, pueden volverse incluso peligrosas para la salud. El baño es, de hecho, uno de los lugares de la casa donde la humedad y el calor favorecen la proliferación de mohos y microorganismos, lo que puede hacer que este ambiente sea antihigiénico y poco saludable.
Pero si la limpieza doméstica siempre requiere una cuidadosa limpieza del saneamiento del baño, en sus superficies de esmalte, cerámica y acero, ocurre lo mismo con las alfombras. Y aunque en ocasiones no lo hacemos, tenemos que cambiar esto, y aplicar una rutina de limpieza estricta con nuestras alfombras de baño, y darles la atención adecuada, para estar seguros en su uso, por ejemplo, al salir de la ducha.
Lo primero que debes hacer cuando decidas lavar las alfombras del baño, operación que debe realizarse desde una vez a la semana hasta una cada tres semanas como máximo, es golpearlas para quitar el polvo y otras cosas, como por ejemplo cabellos, de la superficie. Si tienen una parte de goma antideslizante, utilizaremos un paño húmedo para eliminar los restos de suciedad que quedan en la base. Estas zonas de goma o silicona es importante que estén muy limpias ya que suelen ser texturas donde la suciedad o las impurezas pueden fijarse y si tardamos tiempo en limpiarlas, luego nos costará mucho más.
Si nos damos cuenta de que las partes de plástico pueden tender a desprenderse de la alfombra o simplemente a romperse porque están delicadas, evitaremos el lavado a máquina, porque corremos el riesgo de que la base se rompa durante los ciclos de centrifugado. Pero si el felpudo o alfombra, tiene intacta la parte antideslizante o si es íntegramente de esponja u otros tejidos, si que podemos proceder a este tipo de limpieza en con tranquilidad de que no sufrirá ningún desperfecto.
En esta ocasión, como las alfombras de baño no suelen ser delicadas y no pasa como con otras alfombras de baño, para lavar alfombras de baño en la lavadora solo tenemos que seleccionar un programa de lavado en frío o un ciclo corto para tejidos delicados, usando un detergente para ropa que sea suave. En algunas lavadoras estos programas cortos vienen indicados para tejidos de seda o lana, por lo que también los podríamos elegir, poniendo la temperatura en 20° o 30° C y seleccionando un centrifugado de pocas revoluciones por minuto, para que los tejidos y sus costuras no sufran.
Después del ciclo de lavado, colocamos las alfombras de baño en una cuerda o en un tendedero para que se sequen. Ten la precaución de que las dejas bien estiradas para que no cojan pliegues innecesarios. En el caso de alfombras de baño con base de goma o de silicona, evita tenderlas o sacarlas a sitios donde tenga los rallos directos del sol u otra fuente de calor, ya que en este tipo de materiales, si los exponemos a fuentes de calor directamente podrían deteriorarse.